Elenco: Gabriel RIVAS, Ivo ANTAO, Facundo CAMPS, Julia DI CIOCCO, Candela GIMENO, Denise LABBATE y Jessuina VIGILANTE.
Adaptación, Dirección y Puesta en Escena: Dora ALONSO
ENCAJÁ LA CAJA, QUE JUGANDO ENCAJA es una comedia infantil ágil y divertida, con una duración total de 55 minutos. Mediante un argumento inteligente y lleno de fantasía, transmite a los niños, a través de los personajes, la importancia de jugar con cualquier cosa que se consiga, y en cualquier espacio, aún los vacíos, porque... hasta los caracoles vacíos tienen un mar adentro. Los invita a jugar con la luz, las sombras, con el sonido del mar de los caracoles y con sombreros.
Valiéndose de una escenografía compuesta solamente por un perchero y veinte cajas coloridas, repletas de sombreros, los personajes juegan a las adivinanzas, transformando dichas cajas, primero en una sombrerería, a la que acuden los personajes más disparatados, que la convierten luego, en un coche tirado por caballos, para salir de paseo por toda la ciudad. Un vendedor de sombreros, un maniquí, una clienta que busca un sombrero para sostener el cielo, una señora anticuada y su cochero, son los protagonistas de esta obra, quienes, con buen humor y alegres canciones, mantienen al pequeño espectador siempre sonriente, dentro de un mundo fantástico, que dura toda la obra.
La puesta en escena, dirigida a niños de 5 a 12 años, está orientada a entretenerlos, tratándolos como tales, sin subestimar su capacidad intelectual, y respetando su imaginación y fantasía. Mostrando a través de un vestuario y maquillaje, que caracteriza a los actores, un paisaje de color que acompaña al texto.
Acrobacia, juego, colorido y canciones atrapan la atención de los más pequeños, la historia y los personajes la de los más grandes; manteniéndolos atentos, desde el principio hasta el final de la obra.
Adaptación, Dirección y Puesta en Escena: Dora ALONSO
ENCAJÁ LA CAJA, QUE JUGANDO ENCAJA es una comedia infantil ágil y divertida, con una duración total de 55 minutos. Mediante un argumento inteligente y lleno de fantasía, transmite a los niños, a través de los personajes, la importancia de jugar con cualquier cosa que se consiga, y en cualquier espacio, aún los vacíos, porque... hasta los caracoles vacíos tienen un mar adentro. Los invita a jugar con la luz, las sombras, con el sonido del mar de los caracoles y con sombreros.
Valiéndose de una escenografía compuesta solamente por un perchero y veinte cajas coloridas, repletas de sombreros, los personajes juegan a las adivinanzas, transformando dichas cajas, primero en una sombrerería, a la que acuden los personajes más disparatados, que la convierten luego, en un coche tirado por caballos, para salir de paseo por toda la ciudad. Un vendedor de sombreros, un maniquí, una clienta que busca un sombrero para sostener el cielo, una señora anticuada y su cochero, son los protagonistas de esta obra, quienes, con buen humor y alegres canciones, mantienen al pequeño espectador siempre sonriente, dentro de un mundo fantástico, que dura toda la obra.
La puesta en escena, dirigida a niños de 5 a 12 años, está orientada a entretenerlos, tratándolos como tales, sin subestimar su capacidad intelectual, y respetando su imaginación y fantasía. Mostrando a través de un vestuario y maquillaje, que caracteriza a los actores, un paisaje de color que acompaña al texto.
Acrobacia, juego, colorido y canciones atrapan la atención de los más pequeños, la historia y los personajes la de los más grandes; manteniéndolos atentos, desde el principio hasta el final de la obra.