La casa Alba o la otra orilla del mar propone una mirada asfixiante sobre la ferocidad del deseo a través del encuentro de lo contemporáneo con lo clásico.
Bernarda es entonces una mujer presa de los mandatos sociales que aún puede registrar en su cuerpo la memoria de la pasión. Adela, su hija menor, en la satisfacción de su deseo transitará también el camino de la culpa.
En esta puesta, el espacio es circular y el público rodea la escena: son los espectadores quienes abrazan la casa de las Alba. Adentro se encierran y ocultan las pasiones, se acalla el deseo que, inevitablemente, quiere echarse a correr por las calles o saciarse a la orilla del mar. Es el afuera �?"en la puesta de Dib marcado por el público mismo �?" el que ve, espía lo que en esa casa sucede.
Este espectáculo recibió el premio Teatro del Mundo -que otorga la UBA a través de un importante jurado de investigadores y críticos que encabeza Jorge Dubatti- en los rubros Diseño espacial (Edgardo Dib) y Fotografía teatral (Hernán Paulos y Marcelo Baiardi), resultando además destacada en categorías como Dirección, iluminación y adaptación.
- Sobre textos de:
- Federico García Lorca
- Actúan:
- Stella Brandolín, Sandra Grandinetti, Mariana Gutierrez, Araceli Haberland, Marta Montero, Liana Muller, Erica Spósito, Julieta Vigo
- Diseño de vestuario:
- Edgardo Dib
- Diseño de espacio:
- Edgardo Dib
- Diseño de luces:
- Leandra Rodríguez -Adea-
- Realización de vestuario:
- Susana Sánchez
- Sonido:
- Martin Lavini
- Fotografía:
- Juan Marcelo Baiardi
- Diseño gráfico:
- Esteban Caffini
- Asistencia de dirección:
- Stella Brandolín, Araceli Haberland
- Prensa:
- Luciana Zylberberg
- Producción ejecutiva:
- Luciana Zylberberg
- Dirección:
- Edgardo Dib
- LA MANUFACTURA PAPELERA (2009)
- LA MANUFACTURA PAPELERA (2007)
- LA MANUFACTURA PAPELERA (2006)
- 2009-05-20 - LA CASA ALBA o la otra orilla del mar, sobre el clásico de García Lorca (MARTIN WULLICH)
- 10/05/2007 - La casa Alba o la otra orilla del mar - Por María Natacha Koss
- 11/12/2006 - Los nuevos productores - Por: Edith Scher