Borges no estaba ciego

Borges manejando un auto por el intrincado tránsito del DF en México. Una pareja revolucionaria raptando a Borges en las propias narices de María Kodama. Y, como si fuera poco, García Lorca poniendo de relieve cierta situación sexual con Borges en una Buenos Aires añorada.

“Borges no estaba ciego” nos cuenta aquello que no fue, pero que podría haber sido.

“Borges no estaba ciego” abre un portal desconocido que no sabemos a donde podrá llevarnos.

“Borges no estaba ciego” nos habla de una década, los 70, en donde casi todo era posible.

Con humor, con el absurdo de sus situaciones y de los personajes transitando caminos inimaginables, nos muestra un Borges que no estaba ciego.

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