Teatro sin animales
Cuatro hombres se embarcan en un submarino -de industria nacional- a la espera de órdenes ante la inminencia de la revolución (esta vez definitiva). Desasosiego, desperfectos de orden técnico, desaparición de bananas, abducciones en vivo y la repentina presencia de un tripulante misterioso darán un inesperado vuelco a la historia.
Ellos, los navegantes -que bien podrían ser empleados municipales, gastronómicos o los últimos miembros errantes de una tribu ya extinta-tienen por misión primera hacer funcionar el artefacto acuático.
La acción se desarrolla en la Argentina y, aunque no ha sido voluntad del autor hacer hincapié en hechos históricos puntuales, se deja entrever el carácter cíclico o repetitivo de nuestra historia.
Pablo Cedrón trabajó la dramaturgia de este texto pensando a los personajes en una situación de encierro, por eso la elección del submarino, espacio que los sumerge en una noche eterna.
El espacio de la sala se tiñe de verde, color de la masa líquida y sucia por la que se arrastra el submarino hacia su destino latinoamericano. Pensado para un escenario no convencional, el submarino tiene una estética de máquina gastada, de óxido y chorreaduras de aceite, de ropa que cuelga a la espera de un momento para ser vestida, momento que por otra parte nunca llega.
Cuatro hombres se embarcan en un submarino -de industria nacional- a la espera de órdenes ante la inminencia de la revolución (esta vez definitiva). Desasosiego, desperfectos de orden técnico, desaparición de bananas, abducciones en vivo y la repentina presencia de un tripulante misterioso darán un inesperado vuelco a la historia.
Ellos, los navegantes -que bien podrían ser empleados municipales, gastronómicos o los últimos miembros errantes de una tribu ya extinta-tienen por misión primera hacer funcionar el artefacto acuático.
La acción se desarrolla en la Argentina y, aunque no ha sido voluntad del autor hacer hincapié en hechos históricos puntuales, se deja entrever el carácter cíclico o repetitivo de nuestra historia.
Pablo Cedrón trabajó la dramaturgia de este texto pensando a los personajes en una situación de encierro, por eso la elección del submarino, espacio que los sumerge en una noche eterna.
El espacio de la sala se tiñe de verde, color de la masa líquida y sucia por la que se arrastra el submarino hacia su destino latinoamericano. Pensado para un escenario no convencional, el submarino tiene una estética de máquina gastada, de óxido y chorreaduras de aceite, de ropa que cuelga a la espera de un momento para ser vestida, momento que por otra parte nunca llega.
Ficha técnico artística
- Dramaturgia:
- Pablo Cedrón
- Actúan:
- Carlos Belloso, Pablo Cedrón, Ernesto Claudio, Marcelo Mazzarello
- Diseño de vestuario:
- Pablo Cedrón
- Diseño de escenografía:
- Pablo Cedrón
- Diseño de luces:
- Leandra Rodríguez -Adea-
- Diseño sonoro:
- Pablo Cedrón, Martin Lavini
- Realización de escenografia:
- Marcelo Catinello
- Realización de vestuario:
- Titi Suárez
- Fotografía:
- Josefina Tommasi
- Utilero:
- Pablo Cedrón
- Diseño gráfico:
- Lucas Varela
- Asistencia de escenario:
- Mauro Pelandino
- Asistencia de escenografía:
- Ariel Avrudsky
- Asistente de producción:
- Martin Lavini
- Producción general:
- Fernando Gastón
- Dirección:
- Jurgen Richtöffer
Clasificaciones: Teatro
3 Opiniones del público
2 Histórico de funciones
- TEATRO LORANGE (2007)
- CIUDAD CULTURAL KONEX (2007)