Las cosas que no se tocan

¿Qué enoja a tu bestia? ¿Qué le apasiona? ¿Qué la impulsa a seguir viviendo? ¿Qué a decidir, tal vez, morir? A ellos les enoja el tener que siempre encajar en una forma predeterminada, les apasiona la vida, y les impulsa el amor... sólo que se vuelven a encontrar después de un tiempo largo de haber desatendido las necesidades del animal.
Esta obra habla del amor, de las libertadas arrebatadas y de lo complejo que es encontrarnos dentro de un presente cuya lógica es el desencuentro.

Para los personajes lidiar con el amor implica necesaria e indefectiblemente asumirse en falta. Un padre que no deja de incidir en ellos aun estando muerto. Un vínculo libremente elegido y, a su vez, despiadadamente predestinado. Conviven en una atmósfera de deseo e imposibilidad que excede los parámetros de lo normal. Todo deseo de escapar a su destino pareciera resultar en vano