Fidela

Fidela, “la mujer más fiel de la tierra” -quien mantuvo y compartió esa característica tanto con su marido como con su amante- nació para ser personaje de una de las tantas comedias vinculadas al eterno triángulo amoroso a jugarse en el tradicional tabladillo del titiritero.
Pero, liberados de su destino de fantoches, éstos convier- ten los catetos y presentan el revés de la comedia, huma- nizándola al punto de involucrar todos los elementos que los harán grotescos.
El absurdo establece leyes –no tan sagradas, pero leyes al fin- que sugieren la farsa plena desde una situación única en todo su trayecto y despiadadamente juguetona con los más solemnes conceptos.