Bolero

Es interpretada por veinte mujeres que van apareciendo en escena, primero en un número más reducido hasta alcanzar la totalidad. El increscendo de la música se combina con el de la cantidad de bailarinas en escena. La presencia femenina permite hablar, en este punto, de una obra de género.

La obra no recurre a una narrativa, sino que privilegia el aspecto visual, la expresión se busca a través de la imagen, el diseño espacial y el movimiento. Las formas ejecutadas por las bailarinas y su desarrollo escénico están íntimamente ligados a la música, el Bolero, de Maurice Ravel.

Bolero se estructura en torno a once bailarinas que se suman individual y paulatinamente, y que originan y llevan su ejecución, las otras diez funcionan como duplicados del “elenco madre” y aparecen en los minutos finales de la composición. Las intérpretes bailan e interactúan con rollos de papel de aproximadamente 1 metro de ancho que, introducidos también paulatinamente hasta cubrir casi la totalidad del escenario, se utilizan para diseñar, limitar y cercenar el espacio coreográfico por donde transitan las bailarinas.

Grupo Castadiva